Beatriz Díez Batanero

Dentista en Cifuentes y Sacedón

Emprender es una tarea ardua y arriesgada y si quien lo hace apuesta por el entorno rural ambos calificativos se duplican. Sin embargo, Beatriz Díez Batanero siempre tuvo claro que quería vivir y apostar por su tierra, su municipio, Cifuentes.

Así, tras concluir la carrera de odontología, hace una década abría su primera clínica donde también ofrecen servicio de podología, ya que su marido es podólogo.” Mi marido es también de Cifuentes, era enfermero e hizo la carrera de podología para asentarse en el pueblo porque no quería ir a Madrid a trabajar ni loco.

En Cifuentes nos va bien si bien cada vez hay menos gente en el pueblo, como en todos en general”, apunta esta profesional, que reconoce que sintió cierto vértigo al emprender, pero “nos van bien las cosas”.

La segunda clínica

Por ello, hace un año, y tras conocer que el dentista de Sacedón se jubilaba y que estaba interesado en traspasar su clínica decidió ampliar y abrir una segunda clínica en este municipio ribereño.

“Lo hablamos con el odontólogo que había antes y nos quedamos la clínica en febrero de 2017 y la abrimos en marzo tras hacer una reforma para renovar las instalaciones y hacer un pequeño cambio de imagen”, explica esta odontóloga.

En concreto, la inversión realizada ascendió a 35.025,36 euros, de los cuales, FADETA le ayudó con un importe de 4.618,33 euros.

Tras su primera experiencia profesional en Madrid, Díaz afirma que el tipo de público cambia mucho de la ciudad al pueblo. “En general hay población más mayor, más envejecida, porque las ciudades hay más gente joven, más niños, pero aquí el 80% son de 50 años en adelante, acorde con la población que hay en el mundo rural”, comenta esta odontóloga, que afirma que el perfil de los pacientes es muy similar entre Sacedón y Cifuentes, si bien hay más población en éste último.

Los servicios y tratamientos que ofrece en su clínica son muy amplios para intentar atender el mayor abanico posible de patologías. “A día de hoy sigo formándome para saber un poquito de todo y cuando hay alguna cosa que no se tratar, más específica, pues lo derivo”, añade y señala que, al igual que los hosteleros, su temporada alta es el verano.

“Todo el mundo que vive normalmente en las ciudades vienen aquí y hay muchas urgencias, como el típico niño que se cae en la piscina y se le rompe un diente o a aquel que le duele la muela y si está aquí de veraneo no se va y pide cita. También algunas personas que vienen el fin de semana aprovechan y nos visitan”, explica esta profesional, quien señala que este verano intentó contratar a una persona para que le ayudara ante el incremento de demanda “y me fue imposible”.

Actualmente trabajan ella y otras dos empleadas a tiempo parcial, en Sacedón y Cifuentes, que le ayudan con las citas y demás gestiones, y señala que si bien contó con la ayuda de FADETA echa en falta apoyos “a la contratación con cierta flexibilidad”.